viernes, 23 de enero de 2015

El miedo a la libertad.

Me gustaría dedicar esta entrada a continuar desarrollando el interesante e importante tema de las dificultades actuales y de siempre del ser humano por acercarse a si mismo, a lo que realmente es, más allá de condicionantes familiares, sociales, culturales... Dichos condicionantes están siempre presentes en la vida del individuo.

En este sentido, por diferentes influencias, a menudo de los otros más significativos, vamos amoldándonos y ajustándonos a lo que creemos que se espera de nosotros y a lo que nos parece que es lo adecuado, y alejándonos de aquellas partes de nosotros mismos que sentimos que no agradan a aquellas personas que son significativas para nosotros, o que no serían lo socialmente esperable.

Cuando se produce un alejamiento excesivo entre lo que deseamos -entre alguna parte de nosotros, que puede estar muy reprimida desde muy temprano- y como es nuestra vida, aparecen toda suerte de síntomas y trastornos psicológicos cuya principal y más importante función es que seamos capaces de ver y de reconducir hasta que punto nos hemos alejado de nuestra esencia, y como es absolutamente necesario acercarnos a ello para poder vivir de otra manera.

Los síntomas psicológicos son un lenguaje, un texto que requiere de que la persona que los padece los pueda leer de alguna manera distinta para poder cambiar o modificar aquello que le hace sufrir de una manera definitiva.

A menudo los síntomas psicológicos provocan tanto sufrimiento psíquico, que se demanda poder acabar con ellos, pero sin cambiar nada esencial. En este sentido, existen muchas ofertas de tratamientos pretendidamente curativos que lo que hacen es amoldar al sujeto, aplastar los síntomas (antidepresivos, ansiolíticos, tratamietnos para suprimir pensamientos erróneos...), de manera que lo que sería un hilo del que estirar para poder abordar una nueva manera de vivir y del sentir, acaba siendo silenciado sin saber cual es la verdad latente que oculta: probablemente este aspecto silenciado acabe apareciendo en otro lugar inesperado, quizá de una forma más dolorosa y más grave para la salud.

Hay algunos principios del trabajo psicológico que me parecen fundamentales, aunque no los comparten todas las orientaciones que se dedican a tratar de atender el sufrimiento de las personas. Desde mi opinión personal y profesional, el cambio psicológico exige implicación, deseo y trabajo por parte de la persona implicada en un proceso terapeútico, no es posible cambiar sin una verdadera impliación de la persona que desea descubrir que es lo que está sucediento y el porqué de determinado sufrimiento.

El factor del tiempo también es un factor en el que hay muchas diferencias entre unas y otras maneras de plantear el abordaje del sufrimiento humano. Desde mi concepción, hablo de que no es posible predeterminar un tiempo de trabajo psicológico, pues cada persona necesita de un tiempo distinto, y esta es una de las variables que se va desplegando en el transcurso de una terapia. Por lo tanto, el tiempo, va  a ser el "necesario para cada uno".

En relación con esto, no obstante, mi manera de entender la psicoterapia aboga por una concepción distinta de los enfoques que se autodenominan "breves", de rápida eficacia... dado que pienso que para poder elaborar situaciones de sufrimiento que quizá se han ido construyendo durante muchos tiempo, es necesario dar el tiempo para que la persona consultante vaya pudiendo desplegar y acercarse a esas dificultades para poder cambiarlas realmente, aunque ya desde momentos muy iniciales pueda ir apareciendo un alivio de los síntomas.

Para mi no se trata de tratar un síntoma o una enfermedad sino de tratar a la persona y ver como esas manifestaciones dolorosas están intrincadas en su vida y en su historia para poder plantear la manera de hacer algo distinto y nuevo con eso.

Es más, no es posible determinar ni establecer claramente que es lo que se cambia ni como,  ni cual será el resultado final. La certeza que hay es la de que del movimiento y del proceso que ha podido desplegar la persona consultante se derivarán unos efectos que la pondrán en una posición más elaborada respecto de sus dificultades y padecimientos.


Muchas gracias.


viernes, 16 de enero de 2015

Psicología del bebé -antes del nacimiento-

De mi experiencia y mi formación como psicólogo ha ido emergiendo una realidad muy importante para el devenir de los bebés y los niños muy pequeños, incluso antes de que nazcán y hasta previamente a la concepción.

El ser humano tiene la peculiaridad, dentro del reino animal, de nacer con una dependencia enorme de sus cuidadores para poder vivir, y para poderse desarrollarse piscológica y socialmente.

Estudios sobre hospitalismo de hace unas décadas, muestran que un bebé atendido en sus necesidades físicas, pero no en sus necesidades afectivas -un bebé solo-, está condenado a la psicosis, e incluso a la propia muerte física, aunque físicamente esté bien alimentado, descansado y con la temperatura adecuada.

Ello nos muestra la vital importancia de los cuidados afectivos del bebé por parte de sus cuidadores, y de la necesidad de una relación de apego casi fusional durante un tiempo con su cuidador (normalmente suele ser con la madre, pero otro puede desenpeñar esta función).

Es en este espacio intersubjetivo e intangible donde se construyen los rudimentos de lo que será en el futuro la personalidad del bebé. Si no existe este tejido relacional en absoluto, el bebé está condenado a la locura, a la psicosis: no podrá nacer psicológicamente.

Rastreando más allá de estos primeros tiempos, encontramos que incluso antes de la concepción, es muy importante como los padres conciben que será tener un hijo, ser padres... por que estos serán los materiales previos sobre los que luego realmente se construirá psicológicamente la personalidad del bebé. 

Normalmente los padres toman estos materiales de contrucción afectiva de lo que han vivido ellos como hijos, de su propia experiencia vital, y suelen trasladar al futuro bebé los problemas y disfunciones que ellos han vivido -siempre existe algún conflicto- aunque por lo general los padres son suficientemente buenos y capaces para garantizar un desarrollo adecuado del bebé.

Es muy importante que una vez constatado el embarazo, ambos padres puedan empezar el trabajo mental de ponerse en sitaución de ser padres, de pensar a ese bebé que todavía no ha nacido, en como será, que les gustaría... 

Será importante que cuando el bebé nazca encuentrea a unos papás que ya han construído la idea de un bebé en su mente, de lo que es ser padres, que ya se han previnculado con el. Si las cosas van bien ese será el lecho psicológico sobre el que el bebé podrá sostenerse y los padres irán acomodando sus ideas previas al bebé real que ha nacido, con lo que la rueda del desarrollo físico, psicológico y social del bebé se desplazará de manera armónica.

Muchas gracias y hasta la próxima.