Todas las personas encuentran en su vida algunos temas o cuestiones que de manera bastante permanente les son difíciles y no pueden resolver quizá de manera definitiva y absoluta como les gustaría. Pueden ser temas de relaciones familiares, maneras de ver la vida, aspectos propios de uno mismo... que quizás no siempre, pero en determinados momentos emergen y causan un sufrimiento y un malestar importante: personas que se preguntan ¿Por qué soy así, y además no puedo cambiarlo?
Mi apuesta y mi comentario de hoy tiene que ver con como, bajo mi punto de vista, estos aspectos permanentes, profundos, que se vienen arrastrando desde tiempo atrás, no siempre son modificables de un plumazo, con una acción decidida, o solo mediante la fuerza de voluntad.
Sé que tal vez está manera de pensar no sea demasiado popular en un momento histórico y en una sociedad como la nuestra en la que se nos bombardea con que "lo podemos todo, lo merecemos todo, lo vamos a conseguir todo", y además de una manera instantánea y absoluta y parecería que casi sin dificultades ni esfuerzo.
Mi enfoque y mi punto de vista personal y profesional sobre estos aspectos tienen que ver con un pensamiento más desde la complejidad, la biografía y la subjetividad de la persona. Hay aspectos que nos constituyen, que pueden ser difíciles, dolorosos y provocar mucho sufrimiento, que están tan "tejidos" a la historia de nuestra vida que es bastante ingenuo pensar que con una serie de consejos bienintencionados o corrigiendo determinados pensamientos eso se va a poder resolver, dado que viene de lo más profundo de las persona, por lo que difícilmente lo vamos a resolver cambiando cosas de la superficie.
Para poder realizar cambios importantes que puedan actuar sobre el sufrimiento, es necesario que la persona, probablemente por el sufrimiento que arrastra, pueda desarrollar un deseo real de modificar esta situación, que la lleve a pedir ayuda y a empezar a poder investigar y cuestionar muchas cosas de si misma; este trabajo de revisión profunda, es lo que puede llevar a poder cambiar partes de uno mismo que provocan sufrimiento.
Mi apuesta se sitúa en un lugar distinto entre el ilusorio (y frustrante) "poderlo todo ya", y la resignación que lleva a dejarlo todo como está. Pienso que los cambios importantes son posibles, pero no se pueden realizar sin un compromiso real de la persona que sufre, que deberá poder cuestionar, interrogar... en definitiva, realizar una búsqueda, guiada por una persona experta que haya realizado ese camino, pero con ella como agente y protagonista del proceso, ya que no existe curación alguna sin implicación de la persona que sufre psicológicamente.
Muchas gracias.