Parece que hoy en día todavía se continúa esperando a nivel social y en las expectativas, modelos e ideales del amor de muchas personas, que las uniones y relaciones de pareja sean estables, duraderas y que se proyecten de manera indefinida hasta el futuro.
En todo este trayecto que realiza una pareja que se mantiene unida durante un largo tiempo, (y que nunca es tan lineal y exento de vicisitudes y cambios como podríamos suponer desde fuera), usualmente aparecen cuestiones tan importantes como la posibilidad y el deseo de formar una familia.
Esta manera de organizar las relaciones, de pareja y familiares, en mi opinión, más que una obligación o un mandato social, debería verse como una de las posibles opciones, entre las cuales una persona puede optar para lidiar con la cuestión de la sexualidad, las relaciones afectivas, la propia familia...
No todo el mundo desea ni quiere entrar en ese molde, y me parece que eso debe de ser perfectamente respetable dentro de las circunstancias de cada cual, independientemente de que se realice una elección de pareja hetero u homosexual: los implicados en la relación deben de poder construir la forma y el fondo de su vínculo, de acuerdo a como son ellos. Una persona puede sentirse perfectamente feliz sin la necesidad de tener una pareja al uso.
De todas maneras también es muy importante darse cuenta que los propios posicionamientos sobre el tema es muy probable que vayan cambiando en las diferentes etapas de la vida, y ¿Por qué no ir ajustándose a lo que uno va necesitando a medida que va madurando? No sabemos ni podemos controlar que nos deparará el futuro, y en este sentido es probable que quien de manera más vehemente defiende un amor absoluto, continuo, lineal y de por vida, acabe integrando las filas de aquell@s que piensan que es necesario tener más experiencias y recorrido con otras personas para poder comprometerse de esa manera; o que por el lado contrario aquella persona que desafiaba los vínculo afectivos y las estructuras familiares clásicas y más convencionales, se sienta cómoda y realizada creando una familia convencional y ejerciendo las funciones paternas y/o maternas que no pensaba jamás que disfrutase realizando.
El hecho de adquirir compromisos sólidos y duraderos como el de comprometerse formalmente con alguien (aunque nada garantiza que no vaya a haber dificultades), de tener descendencia, (eso sí ya nos va a acompañar siempre) es también una decisión, pero ahí si que opino, que cada cual debe de poder ir acercándose a todo eso, solo si es su deseo, y habiéndose dado tiempo de hacer un recorrido por la propia sexualidad, vida afectiva... para poder concluir con mejores elementos de experiencia y juicio que es el momento de dar pasos como esos. Por otro lado, cualquier otro arreglo con la vida, distinto de la relación de pareja y la familia canónica, está bien, si no causa bloqueos, sufrimiento ni dificultades a nadie para seguir avanzando en la vida,
Saludos.