jueves, 22 de agosto de 2013
Como se madura en la terapia: La elaboración psicológica.
El proceso de curación que se sigue en una consulta de psicología.
Llamamos elaborar psicológicamente al hecho de poder hacer consicientes diferentes tipos de pensamientos, afectos, sentimientos, fantasías, formas de relación, emociones... que hasta la fecha no eran conscientes, en el entorno seguro de la sala de consulta y a través de la relación de confianza y sólida del terapeuta con el paciente.
Todos esos elementos a pesar de no ser percibidos ni "vistos" por la persona consultante, han estado siempre en alguna parte más profunda de la personalidad causando diferentes efectos.
La elaboración psicológica es de hecho el proceso de ayudar a hacer conscientes todos estos elementos variados, y ayudar a la persona a integrarlos a su manera en su propia personalidad. Se trata de una manera en que la persona encuentra su propia verdad, sin imposiciones del exterior, para que los cambios y adquisiciones sea genuinamente de la persona en terapia. Este es el proceso por el cual la persona madura y se vuelve más fuerte. A través de la elaboración psicológica de los conflictos que tienen un anclaje infantil, podemos dar sentido al sufrimiento para poderlo resovler, podemos comprender aquello que nos parecía incomprensible y sin sentido...
Este proceso de elaboración, por si mismo, cambia a la propia persona, que pasa a tener mayores elementos de jucicio para tomar decisiones importantes.
La elaboración psicológica requiere que haya en la persona al menos en parte, un deseo sincero y legítimo de ser ayudado, esa será la fuerza y el motor con el cual la persona irá siendo cada vez más capaz de enfrentarse a sentimiendos, afectos, fantasías, que hasta la fecha no había podido verbalizar, y emprender el proceso de ir integrando y recuperando para si partes que hasta la fecha había "desconocido" de si misma
martes, 13 de agosto de 2013
Los estados emocionales incomprensibles.
A diario atravesamos múltiples estados emocionales, podriamos decir que diferentes momentos dentro de un estado de ánimo normal: micro-tristezas, micro-enfados, micro-momentos de euforia... esto es habitual para todo el mundo y obedece al normal discurrir de la compleja vida psíquica de las personas.
Ahora bien, en ocasiones de nuestra vida nos encontramos con un sentimiento/estado de ánimo persistente, que si bien, no es muy intenso, nos acompaña a menudo, sin que sepamos muy bien que hacer con el, y que vivimos casi como algo ajeno a nosotros, por ejemplo; una tristeza inexplicable al ver a determinadas pesonas, una sensación de ira al encontrarnos en situaciones concretas, el rechazo o la sensación de apatía a la hora de realizar determinadas tareas o ocupaciones habituales...
Estos estados siempre tienen que ver con como estamos nostros por dentro, con las cosas que nos pasan, con nuestros cambios internos, con los cambios externos... Es usual que estos estados provengan de sentimientos que nos harían plantearnos algunos aspectos de nuestras vida, de nuestras relaciones, de nuestro estar en el mundo etc.
Las personas habitualmente nos resistimos a los cambios, aunque traigan algo bueno, o aunque sean necesarios para nuestra evolución personal y psicológica, y es aquí cuando encuentran sus explicación estos estados emocionales incomprensibles que comentábamos más arriba: Solemos ahogar nuestras necesidades de cambio y evolución en pos de una sacralizada estabilidad, pero con ello no nos permitimos sentir y comprobar que necesitaríamos para seguir evolucionando, y es entonces cuando estas necesidades de conexión con nostros mismos y con lo que necesitamos y sentimos, al ser desoídas, suelen aparecer en formas de síntomas que no entendemos.
La psicología ayuda al proceso de reconexión personal para retomar el propio camino.
Ahora bien, en ocasiones de nuestra vida nos encontramos con un sentimiento/estado de ánimo persistente, que si bien, no es muy intenso, nos acompaña a menudo, sin que sepamos muy bien que hacer con el, y que vivimos casi como algo ajeno a nosotros, por ejemplo; una tristeza inexplicable al ver a determinadas pesonas, una sensación de ira al encontrarnos en situaciones concretas, el rechazo o la sensación de apatía a la hora de realizar determinadas tareas o ocupaciones habituales...
Estos estados siempre tienen que ver con como estamos nostros por dentro, con las cosas que nos pasan, con nuestros cambios internos, con los cambios externos... Es usual que estos estados provengan de sentimientos que nos harían plantearnos algunos aspectos de nuestras vida, de nuestras relaciones, de nuestro estar en el mundo etc.
Las personas habitualmente nos resistimos a los cambios, aunque traigan algo bueno, o aunque sean necesarios para nuestra evolución personal y psicológica, y es aquí cuando encuentran sus explicación estos estados emocionales incomprensibles que comentábamos más arriba: Solemos ahogar nuestras necesidades de cambio y evolución en pos de una sacralizada estabilidad, pero con ello no nos permitimos sentir y comprobar que necesitaríamos para seguir evolucionando, y es entonces cuando estas necesidades de conexión con nostros mismos y con lo que necesitamos y sentimos, al ser desoídas, suelen aparecer en formas de síntomas que no entendemos.
La psicología ayuda al proceso de reconexión personal para retomar el propio camino.
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