domingo, 26 de agosto de 2012

Prosperidad, dinero, función social de la riqueza...

Escribo hoy una serie de cosas sobre nuestra realidad económica y social que no tengo muy claras.

Por una parte, creo que tal como yo veo el mercado laboral me parece que lo mejor que se puede hacer es tener la capacidad de adaptarse y resignarse a que el modelo de "un empleo de por vida" o al menos, un empleo muy seguro y estable un largo período de tiempo, es algo en vías de extinción.

En este sentido parece que la tendencia es más hacia la emprendeduría y el autoempleo, teniendo en cuenta, si tomo por cierto lo que el otro día un amigo me decía, España es el país con menor tasa de autoempleo y emprendedores.

Estoy de acuerdo en que el mercado laboral es un organismo cambiante con diferentes demandas a las que pienso que los trabajadores deben adaptarse a través, por ejemplo, de la formación continua.

Un profesional es un oferente de bienes y servicios que debe poder ser atractivo y competente en el mercado y la sociedad, cuantas menos trabas existan en este sentido, más facil será.

Por esta parte considero que los emprendedores y autónomos son agentes claves en el desarrollo y la prosperidad económica.

Por otra parte creo que debemos dedicar nuestros mejores esfuerzos a proteger, en un primer momento, y a hacer competentes, en un segundo a aquellos más desprotegidos o que menos tienen, y aquí pienso en que la prosperidad debería poder ser accesible a todos según su deseo, esfuerzo y capacidad.

Realmente, a mi, la acumulación de riqueza, es algo que me parece obsceno en una sociedad como en la que estamos, pero es cierto que se necesitan dirigentes y líderes capaces de tirar adelante proyectos y empresas ambiciosos, pero que sean capaces de apreciar que la principal ganancia no es la personal, sino el progreso común, evidentemente, sin que eso sea incompatible con ganarse bien la vida.

En este sentido, mi hipótesis es que cuando más humana y humanista sea la formación de empresarios, líderes, politicos etc, menor será la tentación -infantil- de enriquecerse personalmente, para dar cabida a la aspiración de aportar algo valioso a nivel social.

Como digo, la formación personal me parece la clave, no solo la académica, sino la psicológica, social, sentimental, ética es clave para las personas del mañana.


Como propone la UNESCO, La educación encierra un tesoro.

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