jueves, 11 de junio de 2015

Piedras en el propio camino: Están ahí por algo.

Esta breve entrada de hoy me gustaría escribir, de nuevo, sobre aquellos momentos de profundo dolor, de ruptura, de dificultad, que parece que nos dejan sin opciones, sin palabras, e incluso pensamos, a menudo, que sin salida.

Estos momentos llegan sin esperarlos, a veces porque algo que sucede desencadena aspectos nuestros que no estaban del todo bien elaborados (pérdidas, duelos antiguos, culpas insospechadas...), o también pueden surgir de dentro directamente sin que haya nada externo que los desencadene.

Estas situaciones que podemos catalogar como de crisis nos traen síntomas de angustia, de miedo, pensamientos que no nos gustan...
La angustia se pone en primer término y parece que las cosas positivas y buenas que uno tiene quedan "borradas", opacadas, como si no existieran, cuando más bien es la existencia de una angustia tan intensa lo que las hace desaparecer aparentemente.

Es cierto que estos momentos de intensa angustia, no tienen porque ser fases o momentos largos de nuestra vida, pero es necesario pensar, sobretodo si se repiten, o si aparecen en relación con temas concretos y siempre con esos mimos temas, que puede haber en nuestro interior, quizá muy profundo y escondido, que nos está causando todas estas dificultades de manera intermitente o continua, de una manera recurrente y repetitiva.
Lo cierto es que de estos momentos se puede salir y se sale. Por otra parte lo interesante puede ser poderse preguntar acerca de que es lo que los ha causado, dado que suele haber causas que llevan con nosotros mucho tiempo, aunque puedan haberse manifestado ahora. Estos momentos o fases de intensa angustia son un indicador, que nos avisa que hay algo dentro de nosotros que necesita y merece una profunda revisión, de cara  a poder articular un modo de vida que nos permita lograr mayores satisfacciones y saber hacer mejor y de otra manera con aquellas cosas que nos hacen sufrir.

En este sentido, un trabajo terapéutico continuo y profundo nos permitirá ir desplegando los huecos, fallas, limitaciones e imperfecciones de nuestra trama personal, así como la manera de ir logrando por nosotros mismos hacer algo distinto con esto que nos hace sufrir, que nos causa malestar.

Siempre que aparecen piedras en el propio camino, están situadas allí por alguna cosa, y es de allí desde donde hay que partir para que la persona se pueda transformar.

Muchas gracias.

Espero que os haya gustado.


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