A menudo, para muchas personas, el pasado retorna de una manera dolorosa, como una carga con la que parece que no se puede hacer otra cosa que arrastrarla y penar por ella: el pasado, el pasado, el pasado que siempre vuelve...
Muchas personas se sienten culpables y se autocastigan por haber protagonizado determinadas vivencias en algunas fases de su vida, sintiéndose muy culpables de haber realizado cosas que les parecen horribles, que vuelven una y otra vez, sin que haya una manera de poder elaborar, integrar o asimilar aquello que parece tan terrible; el pasado queda como una herida sangrante, abierta y con la que uno no sabe como tratar.
En mi opinión, sufrir por el pasado, es algo habitual en aquellos quienes piden ayuda para un sufrimiento psíquico. En mi visión de la psicología y del ser humano, donde no hay dos personas iguales ni dos sufrimientos iguales, no cabe un mecanismo, un procedimiento o algún consejo estándar y para todos igual para "liberarse" de esto que molesta y que aparece como un doloroso y recurrente regreso de los recuerdos del pasado.
Objetivamente nuestra lectura del pasado no se limita a recordar las cosas que pasaron, implica muchas más cosas: ¿Qué cosas estamos viviendo ahora?, ¿Qué aspectos actuales nos están rememorando vivencias pasadas?, ¿De donde viene la exigencia de rememorar aspectos de una manera dolorosa?, ¿Qué está pasando con la culpa?, ¿Viene esta culpa de ese momento pasado o de más atrás?...
Se trata más bien, en el marco de un espacio terapéutico, de poder poner en palabras y hablar acerca de ese pasado, para poder ir viendo porque está situado en la mente de la persona de una manera que genera dolor y sufrimiento, con temas recurrentes que parecen no poder dar paso a otra cosa.
Esto facilitará la irrupción de nuevos elementos, de claves que la persona no tenía en primer plano, que poco a poco nos pueden ir diciendo, que más que lo pasó, aquello que le duele a la persona es más bien su construcción personal, su lectura, una mirada que resulta problemática de aspectos de la propia vida, que le generan problemas y que ciertamente ocultan otras claves y otras cuestiones en las que es fundamental poder pensar y analizar de cara a que a vaya cayendo este castillo pesado y doloroso (y a menudo acorazado por uno mismo) en el que se ha transformado el recuerdo del pasado.
La cuestión de sufrir por un pasado doloroso que retorna, suele ser un velo que encubre otras cosas, que es necesario trabajar para poder liberarse de un dolor que aparece por algo de esa manera, ligado a la pasado.
Se trata, -y este es un camino diferente para cada uno, y sorprendente a menudo- de un trabajo a realizar para poder explicarse el libro de la propia vida de una manera mejor, que no provoque tanto sufrimiento, aunque objetivamente puedan haber aspectos equivocados o errores que la persona ha cometido, se trataría de poder realizar una distinta lectura de ellos.
Debajo del sufrimiento, del malestar por las cosas pasadas que duelen, encontraremos cosas distintas en cada persona, a menudo, como decía, sorprendentes para la propia persona, pero es la manera de descubrir que es posible volver sobre nuestra propia historia y revisarla para contárnosla de una manera que no nos haga sufrir. La historia personal no es un producto terminado que no esté sujeto a poderse revisar. Descubrir porque la propia historia se presenta de una manera tan inmodificable y dolorosa para la persona será el trabajo a realizar.
Muchas gracias.
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