El conocimiento, a mi manera de entender, tiene casi implícito el efecto de que a medida que aumenta, va cartografiando enormes áreas de lo que todavía no se sabe y eso marca hacia donde hay que dirigirse. El conocimiento es humilde ante la vastedad de lo desconocido, o lo que no tiene explicación.
Casi a diario podemos encontrar personas que dan explicaciones de lo más variopintas, muy superficiales, simplonas... de fenómenos que son a menudo problemáticas abiertas, en las que un número importante de gente, o toda la sociedad como entidad global, llevan tiempo atascadas.
De manera muy general se trata de personas que tienen poca relación real con el problema que se trata y dan una opinión "a nivel de usuario".
Todo el mundo puede opinar, pero me pregunto si todo el mundo lo hace sabiendo que su opinión es una entre muchas. Hay personas para las que tener la razón es una cuestión más de autoestima que de discernimiento. Veo personas que no tienen la capacidad de detectar aquello que ignoran, que creen que saben, cosa que me parece muy dramática: se trataría como conducir un coche totalmente a oscuras, pensando además que la iluminación es excelente y no hay ningún peligro, y que si además se cierran los ojos al volante, se conduce mejor.
Son concepciones y argumentos cargados generalmente de juicios de valor, muy simplistas y poco elaborados los que aducen aquellos que adolecen de saber que es lo que ignoran. Generalmente tienen una explicación para todo, aunque no tenga ni un atisbo de certeza. En los últimos tiempos se les ha caricaturizado con la denominación "cuñados". Es enorme su dificultad o ya incapacidad, de asumir algo a lo que todos nos enfrentamos: que no sabemos muchas cosas...
El conocimiento es más humilde, no necesita tener la razón, pero no se engaña: sabe aquello que conoce y especialmente aquello que no sabe, que usa a modo de brújula. El conocimiento no necesita llevar la razón.
En los últimos tiempos, nuestra realidad se va viendo desafiada de manera visible por el fenómeno de la pandemia, que pone en cuestión a nivel global cosas que entonces dábamos por seguras En esta crisis que estamos viviendo no sabemos muchas cosas, nos vamos moviendo con aciertos y errores como mejor podemos hacer en un entorno muy incierto y angustiante. Tal vez las vayamos sabiendo con el tiempo.
Hay quien casi desde el mes de marzo, o incluso antes, pretendía tener las respuestas a toda esta situación que nos aqueja, dando las variopintas razones y teorías absolutamente explicativas y conspiranoicas para este complejísimo y angustiante agujero al que nos estamos enfrentando: cuando no se sabe lo que se desconoce, se puede afirmar cualquier cosa.
Para soportar el no saber como algo inherente a la vida se exige cierta profundización en el conocimiento de uno mismo.
Mientras tanto haríamos bien en ponderar el momento histórico que vivimos e ir dando cuenta de como nuestra vida se ha modificado hasta aquí, y de como puede ir cambiando en adelante.
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