domingo, 17 de noviembre de 2013

¿Amor para toda la vida?

Los grandes cambios sociales y el ritmo dificil de asimilar al que suceden las cosas, hacen que incluso los cimientos internos de aquello que hemos recibido como educacion se estén cuestionando constantemente, poniendo a mujeres y hombres -especialmente a los hombres- en una posicion de muchas dudas y fragilidad, sobretodo respecto de como manejarse en las relaciones.

Con la necesaria democratizacion de la sociedad, la progresiva liberacion de la mujer de las cadenas que la oprimen (de una manera muy  importante en la tradicional sociedad ibcenca, aunque no se quiera hablar de ello), aspectos como el matrimonio, los vinculos de pareja para toda la vida... se han puesto en cuestion desde hace unas decadas.

Todo esto aporta elementos muy positivos, en cuanto ahora las relaciones sentimentales se pueden pensar cada vez mas desde la negociacion y la igualdad entre las partes, y poco a poco el peso de instituciones y normas arcaicas que pesaban sobre la libertad individual va siendo sustituido por la propia capacidad de eleccion.

No obstante tambien se observan dificultades importantes en este nuevo marco de relaciones personales: la libertad de la mujer, su irrupcion en la escena como sujeto en pie de igualdad nos ha cogido  a los hombres con el paso cambiado, quebrando los viejos modelos, y llenándonos de dudas e incertidumbre: El genero masculino esta teniendo  problemas para convivir con una mujer más libre, autónoma, que sabe lo que quiere y puede elegir. El hombre no ha acompañado hasta ahora la revolucion afectiva y social que las mujeres han conseguido llevar a cabo, en parte por haber recibido una educacion que en lo emocional es rigida y muy ilimitada.

En este punto las relaciones de pareja se resienten de todo esto: ya no existen vinculos para toda vida per se, por decreto, hoy las relaciones deben negociarse en igualdad desde el respeto y la atencion a las necesidades del otro. Parece que estamos educados para sentir el final de las relaciones como un fracaso personal, cuando quiza esto marca de una manera natural la necesidad de separarse e ir por otro camino, y es una posisbilidad que se deberia  tener en cuenta desde el principio. Para mi la madurez personal tiene que ver con la capacidad de la persona de ser consciente de separarse con respeto y cuidado del otro cuando la situacion lo requiere, aunque es un proceso doloroso, siempre es peor continuar sin querer darse cuenta algo que no nos está haciendo felices y que no podemos solucionar.

En este punto, la manera como nos relacionamos, como somos en las relaciones, nos deja a expensas de nosotros mismos, de nuestras miserias y nuestras limitaciones de una manera muy marcada, y más en tanto en cuanto, se nos ha educado desde siempre prorizando de manera absoluta los conocientos teóricos, como si lo afectivo no puediera ser parte de una formación para el desarrollo integral. En este sentido, se ha confiado este aspecto íntimo a las faimlias, que muy a menudo han tenido dificultades para poder entrar a educar en determinados componentes afectivos, sentimentales, que resultan muy importantes para la felicidad del individuo.






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