jueves, 6 de febrero de 2014

Mi opinión sobre la Psicología Express

Hace ya algunos años mientras estaba estudiando, había llegado a oír a una psicóloga decir que el cambio del paciente que viene a la consulta de psicología, "o se produce en las 8 primeras sesiones, o no es probable que se produzca".

Esto, en aquel momento me dejó pensativo.

Actualmente cada vez más voy confirmando lo erróneo de tal opinión: Tanto en mi modesta experiencia con mis pacientes como en la mía propia como paciente, observo que es imposible pretender encajonar mecánicamente las vidas de las personas, e incluso su sufrimiento, de una manera tan estructurada, incluso aunque la intención sea buena -la de acortar el sufrimiento en este caso-.

Mi evolución como terapeuta, me hace observar que estos modelos que ofrecen tanta velocidad en el alivio del sufrimiento, se parecen mucho al modelo de sociedad y valores que estamos generando en los últimos tiempos: velocidad y consumo con el menor coste, sufrimiento y pensamiento posible.

A menudo observo personas con dificultades importantes acudir a terapia y me parece que necesitan de un profesional que este dispuesto a acompañarlos en su sufrimiento y proceso de búsqueda personal respetando su ritmo y su individualidad; ni un segundo más, ni un segundo menos.

Por otra parte, me parece que el más motivado para el cambio y la terapia más que el propio profesional, debe de ser el propio paciente, dado que de ello obtendrá un fruto muy valioso, no solamente relacionado con que cesen determinados síntomas sino con ser una persona más realizada.

Si realmente se quiere lograr un cambio personal profundo, se requiere de poder hacer una revisión profunda de bastantes aspectos, a través de una relación de confianza con la figura del terapeuta, y esto no se consigue en unas pocas sesiones, ni se consigue tampoco dando consignas ni consejos al paciente.

En mi opinión la terapia es escuchar, y permitir que la persona encuentre las cosas por ella misma con nuestro acompañamiento. Aconsejar, valorar, inducir, persuadir... es meter en el otro cosas nuestras que no le pertenecen genuinamente y que no serán recursos internos personales que le acompañen en el futuro en otros momentos de crisis: Nos interesa que la persona que viene a terapia desarrolle tanto como pueda su propia individualidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario