jueves, 10 de octubre de 2013

¿ES NECESARIO TRANSMITIR LAS MALAS NOTICIAS A LOS NIÑOS?


Este complejo tema depende de varios factores que a continuación voy a tratar de enunciar.

Para empezar es necesario destacar la enorme sensibilidad emocional de los niños, incluso bebés, para captar cambios en el ambiente emocional habitual, capacidad muy precoz y que antecede a la capacidad verbal, que se adquiere posteriormente.

En este sentido los niños van a captar de manera muy eficaz cuando se ha producido un cambio en el ánimo de los padres, por alguna mala noticia, crisis, que haya tenido lugar en la familia.

Es habitual que los padres se pregunten, ante algo que ha sucedido, como dar cuenta de ello a los hijos, si explicárselo o no, si serán demasiado pequeños para comprender...

La psicología relacional nos enseña que los niños captan los cambios emocionales de manera muy perspicaz, pero no pueden darles un significado sin ayuda de los padres. Es por esto, que muy a menudo, todo lo que los padres tratan de "ahorrar" en sufrimiento a sus hijos, por no explicarles situaciones que afectan a la familia, puede dejarles abocados a un mayor sufrimiento futuro.

Esto se puede producir ya que sin la ayuda de los padres, aquello que los niños han podido captar en su radar emocional, queda sin explicar, sin forma, sin ayuda para ser elaborado y digerido, quedando como algo incomprendido, de lo que a menudo, de manera poco consciente, los niños pueden llegar a culparse, configurado material para traumas, inhibiciones, síntomas y trastornos futuros.

Cabe destacar que en las familias, todo aquello que no ha sido nombrado, elaborado, de lo que no se puede hablar, por su naturaleza dolorosa, queda sin elaborar y se transmite como un contenido psíquico sin elaborar configurando los llamados "secretos familiares" que forman parte de la llamada transmisión transgeneracional de la psicopatología.

Es por ello que se recomienda "explicar para tranquilizar", para ayudar a elaborar, para que el niño pueda decir lo que siente, expresar sus miedos y en definitiva, ser comprendido por un adulto que comprenda las fantasías y miedos que el suceso pueda provocar en el.

Esta manera de explicar, siempre tiene que ser al nivel de comprensión del niño: utilizando ejemplos, metáforas, y maneras de hablar sencillas, pero que no enmascaren la realidad de lo que ha sucedido.

Por otra parte, la explicación, debe ir en el sentido de no caer en el error contrario: no hay que introducir al niño en el mundo de los adultos y cargarlo con preocupaciones adultas, dado que esto provocaría también efectos muy nocivos en el niño. Debe preservarse su espacio para la niñez, sin adentrarle en terrenos adultos que todavía no le corresponden por estado evolutivo.

En resumen, como tantos temas en la vida, y por tratar con seres humanos, no hay respuestas a priori, o enlatadas o, válidas para todos, así que en este sentido:

Se debe equilibrar el poder transmitir a los niños las malas noticias de una manera sensible y adecuada a su nivel de desarrollo, tratando al máximo de preservar su espacio para la niñez, sin hacerlos adultos precoces.

Muchas gracias!


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