En el próximo mes los niñ@s y adolescentes se reincorporan a un nuevo curso en su trayectoría académica. Me gustaría pararme a reflexionar sobre algunos elementos que a veces pasan por alto, parecen ocultos, pero que pueden tener una importancia psicológica capital en la adaptación y bienestar que pueda alcanzar el niño o el adolescente al enfrentarse al nuevo curso.
Es importante que durante las vacaciones la desconexión de lo escolar no sea absoluta, que se manetenga una actividad que implique retomar y trabajar algún contenido, y tener alguna pequeña responsabilidad, que, según la edad, pueda ser compartida y apoyada por los padres respecto de lo escolar.
En el caso habitual, de los niños que en verano tienen que estudiar mucho para recuperar, porque les ha ido mal, es necesario el aliento y ánimo constante de padres y profesionales que les ayuden, asi como de los profesionales que tranajen con ellos (profesores de repaso...) dado que suficiente castigo es la sensación de aber fracasado durante el año, de no saber, y encima perderse todo o buena parte del verano por tener que estudiar.
Empatizar y poder comprender que un niño pasota, al que todo le da igual, que no estudia ni hace nada, nos está mostrando su defensa psicológica, frente a la sensación de fracaso, de no saber, de sentirse tonto... y que esta actitud "pasota" es como el intenta escaparse de esta vivencia depresiva. Por ello es muy importante no instalarse en el funcionamiento de la riña, la recriminación y el castigo, que lo que va a hacer, es hundir y desmotivar más al niño; se necesitan apoyos y alicientes importantes para poder salir de una situación así. Si emprendemos en camino de confrontar muy crítica y recriminatoriamente aquello en lo que el niño está fracasando, contribuimos a que conforme una identidad de persona que fracasa, una identidad depresiva, que le puede acompañar siempre.
En este sentido, todo niño que va mal en el cole pero tiene otras cosas en las que apoyarse: porque es bueno en los deportes, toca algún instrumento... es MUY IMPORTANTE que le apoyemos en ello y no le castiguemos privándole de ello, dado que si lo hacemos así, le estaremos quitando algunas de las únicas cosas en las que puede apoyarse para que su autoestima resista un momento difícil.
Son especialmente delicados los momentos de cambio de ciclo educativo, y por encima de todos los demás, los momentos de cambio de centro. Estos tienen que ser pasajes muy cuidados, en los que hay que atender las angustias del niño y el preadolescente y hablar con el acerca de sus miedos, ilusiones... acerca de como ha sido nuestra experiencia; eso le dará materiales para ir construyendo su seguridad al enfrentrarse a un reto muy importante: hay una diferencia muy grande en el funcionamiento y la autonomía psicológica necesaria en educación infantil respecto de primaria, y de primaria respecto de secundaria; es un cambio muy importante para el niño/preadolescente.
En este sentido no hay que alarmarse en exceso ni ponerse especialmente rígido ante las regresiones evolutivas, es decir, esos momentos en los que el niño ante la existencia de retos grandes (como el paso a un centro nuevo para empezar un nueva etapa educativa) vuelve por momentos a conductas o hábitos de una etapa anterior: Es habitual que si se acompaña de manera cariñosa y cercana al niño o preadolescente sean como pequeños recodos en el camino, que desaparecen una vez que el niño/preadolescente se ha podido instalar emocionalmente en la nueva etapa.
Respecto del coste económico de la vuelta al cole, sería interesante poder abrir el debate de disminuir todo lo que implica, implicar mayormente a las instituiciones y domésticamente que se pueda aprovechar todo lo aprovechable de hermanos, cursos anteriores... Aunque siempre habrá un gasto en equipamiento. También es muy bueno poder implicar al niño en los preparativos, las compras... y que en la medida en que en estos tiempos de crisis muchas familias lo están pasando muy mal, que el niño pueda contar con la ilusión de que va a estrenar algo nuevo, o algo personalizado, donde la imaginación de los padres puede suplir las dificultades económicas actuales.
Una vez empezado el curso, la función paterna de sostenimiento es muy importante; hablar con el niño/preadolescente de las dificultades, problemas, éxitos que está consiguiendo, le ayudará a tener una mayor consistencia emocional. En este sentido la continuidad de la comunicación entre colegio y familia es fundamental, y ayudará al alumno a sentir una verdadera continuidad en los cuidados para su desarrollo como un adulto.
Antes de terminar, es necesario apoyar, reconocer y animar a maestros y profesores ante la imporancia de una función vital para la sociedad, aunque muy difícil y llena de incertidumbres. Como dijera Freud, las 3 profesiones imposibles: educar. gobernar y psicoanalizar.
Hasta la próxima.
Hasta la próxima.